7.9 GUERRA DE LAS GALAXIAS
Siguiendo el estilo dSiguiendo el estilo del presidente Reagan, antiguo actor de Hollywood, esta iniciativa fue lanzada de forma teatral en un discurso televisado el 23 de marzo de 1983. Reagan pedía a la comunidad científica norteamericana que desarrollara una defensa antimisiles que garantizara la defensa del territorio norteamericano ante cualquier ataque nuclear.
Rápidamente recibió críticas. Se planteó la imposibilidad científica de crear un "paraguas protector" que fuera capaz de detectar y destruir todos los misiles dirigidos hacia un territorio concreto, en este caso norteamericano. Los economistas resaltaron el enorme coste económico que suponía para la economía norteamericana en aquel momento histórico.
Mientras, en Estados Unidos Ronald Reagan cambió la política militar en lo referente a la carrera armamentística. En lugar de aumentar el número de armas nucleares, se optó por crear nuevos misiles más precisos y potentes. También se decidió desarrollar una serie de escudos contra las armas nucleares enemigas, lo que suponía cambiar del ataque como único camino, a una defensa que dejara al enemigo sin armas de destrucción masiva. Para llevarlo a la práctica se destinó una colosal suma de dinero en dos frentes principales: por un lado la Iniciativa de Defensa Estratégica, más conocida como Guerra de las Galaxias, que desarrollaría nuevas tecnologías como el láser de rayos gamma o los misiles interceptadotes. Por el otro se potenció la carrera espacial con la finalización del trasbordador espacial, si bien es verdad que nunca se llegaron a igualar los presupuestos destinados a la NASA en tiempos del Programa Apolo
Pese a todo, la IDE planteó un desafío de enorme magnitud a una URSS cuya economía pasaba por serios problemas. El rearme norteamericano, en la que la IDE era un nuevo factor clave, hizo conscientes a los líderes del Kremlin de la imposibilidad de continuar la carrera armamentística con EE.UU. y de la necesidad de detraer recursos hacia una economía soviética que pasaba por graves dificultades. El nuevo giro que dio Gorbachov a la política internacional soviética fue en gran medida consecuencia de este rearme norteamericano.
El presidente Reagan, antiguo actor de Hollywood, esta iniciativa fue lanzada de forma teatral en un discurso televisado el 23 de marzo de 1983. Reagan pedía a la comunidad científica norteamericana que desarrollara una defensa antimisiles que garantizara la defensa del territorio norteamericano ante cualquier ataque nuclear.
Rápidamente recibió críticas. Se planteó la imposibilidad científica de crear un "paraguas protector" que fuera capaz de detectar y destruir todos los misiles dirigidos hacia un territorio concreto, en este caso norteamericano. Los economistas resaltaron el enorme coste económico que suponía para la economía norteamericana en aquel momento histórico.
Mientras, en Estados Unidos Ronald Reagan cambió la política militar en lo referente a la carrera armamentística. En lugar de aumentar el número de armas nucleares, se optó por crear nuevos misiles más precisos y potentes. También se decidió desarrollar una serie de escudos contra las armas nucleares enemigas, lo que suponía cambiar del ataque como único camino, a una defensa que dejara al enemigo sin armas de destrucción masiva. Para llevarlo a la práctica se destinó una colosal suma de dinero en dos frentes principales: por un lado la Iniciativa de Defensa Estratégica, más conocida como Guerra de las Galaxias, que desarrollaría nuevas tecnologías como el láser de rayos gamma o los misiles interceptadotes. Por el otro se potenció la carrera espacial con la finalización del trasbordador espacial, si bien es verdad que nunca se llegaron a igualar los presupuestos destinados a la NASA en tiempos del Programa Apolo
Pese a todo, la IDE planteó un desafío de enorme magnitud a una URSS cuya economía pasaba por serios problemas. El rearme norteamericano, en la que la IDE era un nuevo factor clave, hizo conscientes a los líderes del Kremlin de la imposibilidad de continuar la carrera armamentística con EE.UU. y de la necesidad de detraer recursos hacia una economía soviética que pasaba por graves dificultades. El nuevo giro que dio Gorbachov a la política internacional soviética fue en gran medida consecuencia de este rearme norteamericano.
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